martes, 31 de mayo de 2011

domingo, 8 de mayo de 2011

EL PROBLEMA FORESTAL DENTRO DE LAS COMUNIDADES INDÍGENAS DE MICHOACÁN


Hemos tomado de la página hermana www.micheran.com este texto que comparte la situación actual de la comunidad indígena de Cherán, Michoacán.

El problema:La comunidad desconoce los caminos que ha construido para alcanzar la equidad, la justicia y la felicidad.Con hipótesis o sin hipótesis que más da:El problema de pobreza, injusticia e infelicidad de comunidades p’urhépechas pueden superarse a través deprocesos de recuperación histórica de diversas visiones ambientales.Recientemente la ONU reconoce que los únicos que pueden generar estrategias eco sistémicas son los pueblos originarios.

El 60 % de la riqueza natural está en manos de los pueblos originarios, estas cifras pueden iniciar el diálogo [y no la verdadera razón] para que la educación ambiental continúe por los caminos de la investigación con comunidades indígenas, no solamente en el ámbito de la educación formal sino también en la educación básica, media superior y superior.[cita]El papel de la educación ambiental pudiera ser el de facilitar que los pueblos originarios se escuchen a sí mismos y que habrán con sus llaves las grandes puertas hacia su desarrollo; en el buen vivir donde se han desarrollado durante tantos años y no en la idea del capital y la explotación.

Si las comunidades indígenas han sabido mantener ese 60% de la riqueza natural y han podido resistir los embates del capitalismo; cuáles son esos saberes que pueden ayudar a formar una nueva humanidad y construir una civilización. Estos saberes podrían encontrarse si la educación ambiental dispone de las estrategias necesarias para caminar los primeros caminos, -entendido textualmente-, ahí se puede encontrar verdadera inspiración para razonar los caminos del ser, del estar, del hacer, del crecer, del tener, del pensar y del soñar. Una excelente oportunidad para crear y recrear el conocimiento de manera colectiva. También para iniciarse en la construcción de comunidades de investigación.

Hacer un análisis retrospectivo de los diferentes proyectos de vida de las comunidades indígenas, descubrir las relaciones que los proyectos de crecimiento de las comunidades han mantenido con el hombre, consigo mismo, con las otras comunidades y con la naturaleza. Analizar los precedentes (bien establecidos), que los mismos han dejado a lo largo de su historia. Si bien estudiosos han recuperado los mitos, díceres y decires de las comunidades más sobresalientes a lo largo del siglo XX, por obvias razones se desconoce una historia verdadera de los esfuerzos de sobrevivencia que las comunidades han realizado durante toda su permanencia.

Si la presencia del ser humano en naturaleza está asociada a grandiosos esfuerzos por conservar la vida misma y garantizar la reproducción de la especie en armonía con la naturaleza, ¿cuáles son los caminos exitosos que nuestra cultura, la p’urhépecha, podría entregar a este mundo globalizado como experiencias sensibles al crecimiento sustentable del hombre en la naturaleza?

Los primeros caminos, veredas y senderos pueden dar mucha luz. Si alguna vez se pensó en decodificar los caminos, tal vez los caminos antiguos pudiesen estudiarse, recuperarse y mostrarse, utilizando lo mejor del conocimiento humano. Con este mapa físico y mental [caminarlos física y mentalmente], hacer las inferencias necesarias para descubrir los ideales, creencias, y convicciones, las esperanzas y compromisos, los principios y valores de la sociedad p’urhépecha.

El problema que estamos planteando es la recuperación de la identidad para entender al otro, para que el otro nos entienda a nosotros. Tal vez lo mejor del conocimiento humano pueda ayudarnos a simular los diversos caminos del crecer. ¿Por qué no apostarle a descubrir los diversos caminos físicos e ideológicos que los p’urhépecha han construido y desarrollado para crecer en el ser; para crecer en el estar, para crecer en hacer, para crecer en el tener, para crecer en el saber, para crecer en el pensar y para crecer en el soñar? Responder a la pregunta de qué, cómo, quién, con quién y para qué se ha crecido. Responder a la pregunta de cómo ha sido el crecimiento del ser p’urhépecha en su misma cultura y en las otras culturas, en unidad, en otra edad.

Cómo recuperar y construir un análisis crítico que ponga en tela de juicio la visión racionalista que aun cabalga nuestros territorios. Reconstruir la historia p’urhépecha podría ser ambicioso, sin embargo, si se asume como un reto, implicaría revisar los contenidos mitológicos que encierra la relación de Michoacán y otros documentos considerados como verídicos. “…Yo no he hallado otra virtud, entre esta gente, si no es la liberalidad; que, en su tiempo, los señores tenían por enfrenta ser escasos; y digo, que apenas hay otra virtud entre ellos, porque aun nombre propio para ninguna de las virtudes tienen, donde parece que no las obraban, porque para decir castidad, se ha de decir por rodeo en su lengua, y así de otras virtudes como es templanza, caridad, justicia, que aunque tengan algunos nombres, no las entienden, como carecía esta gente de libros…”No se requiere mucha imaginación para descubrir en el texto anterior las implicaciones de semejante escrito; hombres sin ideales, sin creencias, sin esperanzas, sin compromisos, sin caminos, sin proyectos, sin legados y sin ejemplos.

Solo desconocimiento y negación de los nuestro, aplicación de la razón, su razón. Un mundo nuevo se perfiló aquí, y al cabo de tantos años, después de haber soportado todo para que el otro sobreviviera con nosotros y sobre nosotros, tenemos que aprender a vivir ahora en complementariedad.

¿Cómo construir ahora una sociedad dialogante, complementaria, que se vea en el espejo del otro y que haga que el otro reflexione sobre las facultades que en la naturaleza tiene el “débil”, el “ignorante”, “el de rostro cansado sin futuro”?.Con mucho respeto a los creyentes de un nuevo futuro.

Marcelo de Pichátaro

Fuente: http://www.purhepecha.com.mx/

jueves, 5 de mayo de 2011

VIDEO "ESTA ES TU TIERRA"



Este video fue producido en Erongarícuaro, Michoacán, México.
Como una forma de expresar la CARTA DE LA TIERRA desde nuestra cultura local.
Los años han pasado y varios de los niños del video son ahora jóvenes conscientes
miembros de la Brigada Juvenil forestal JUATARHU.



Guión: Cardiela Amézcua Luna y Mateo Castillo Ceja.
Producción: Ramón Merino.
D.R. SAE 2005