Ha sido difícil acostumbrarme a vivir con un árbol adentro. Cada cierto tiempo tienen que abrirme para podarlo y vigilar su crecimiento. En mi dieta incluyo tierra fresca y, de vez en cuando, alguna lombriz. Debo abrir la boca en busca de los rayos solares y tomar suficiente agua para los dos. Mis pulmones no pueden quejarse: gozan de aire puro muy personal. También mi postura ganó algo: todo el día, sin experimentar el mínimo cansancio, puedo permanecer de pie, o incluso dormir en tal posición, si así lo deseo.
Además disfruto de los trinos de pájaros que revolotean sobre mi cabeza: presintiendo la secreta presencia de mi árbol adentro"
Fragmento del libro 'Arboleando' de Judith Solís Téllez. Éste libro me lo prestó Cardiela hace años (si, literalmente. Años.) y aún lo tengo yo. Ya luego te lo devuelvo Cardiela!!! Jojo!
Io Paula
Me alegra que el libro este en tus manos preciosa Io... y que sirva para alimentar el blog.
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